¿Qué es la salud sexual?
Es un estado de bienestar físico, mental y social en relación con la sexualidad. Requiere un enfoque positivo y respetuoso de la sexualidad y de las relaciones sexuales, así como la posibilidad de tener experiencias sexuales placenteras y seguras, libres de coacción, discriminación y violencia.
¿Es importante la educación sexual?
La educación sexual es una herramienta que nos ayuda a elegir hábitos y a tomar buenas decisiones en ámbitos de sexo y sexualidad a lo largo de nuestra vida. Muchas personas siguen pensando que es inefectiva y que solo sirve para que la juventud empiece antes a activar su vida sexual. Nada más lejos de la realidad, numerosos estudios han demostrado la efectividad de la educación sexual, sobre todo si se llevan a cabo los programas de salud que incorporan placer sexual mejoran las actitudes y el conocimiento acerca de la salud sexual, la comunicación en pareja y las prácticas de sexo seguro como parte del repertorio sexual de cada persona. La Asociación Mundial para la Salud enfatiza los aspectos positivos que tiene sobre las personas el triángulo compuesto por los derechos sexuales, la salud sexual y el placer sexual.
Es importante hablar sobre anticonceptivos, ya que son muy diversos, aunque son pocos los que se conocen y no existe uno que funcione bien en todo el mundo. Cada persona debe poder decidir, con ayuda de una especialista, cuál es el método más adecuado para su salud y la etapa fértil de su vida. Al contrario de lo que algunas personas piensan, los lavados vaginales, la lactancia prolongada, el coito interrumpido (conocido como ‘marcha atrás’), el uso de espermicidas solos o el contar los días para evitar los picos de fertilidad, no son métodos anticonceptivos fiables.
Las enfermedades de transmisión sexual (ETS) normalmente son transmitidas durante las relaciones sexuales. Pueden afectarnos y causar consecuencias graves y/o permanentes (ceguera, infertilidad…). Las mujeres y los recién nacidos son los más vulnerables. El 85% de los casos aparecen entre los 15 y los 30 años. Algunas de las más comunes son la gonorrea (contagiada por contacto sexual), la sifilis (que se contagia por contacto sexual o por la placenta del feto) o el Síndrome de Inmunodeficiencia Humana, conodico como SIDA (contagiado por mantener relaciones sexuales sin protección con personas contagiadas o por comaprtir agujas y jeringuillas contaminadas).
La educación sexual nos permite vivir libremente la sexualidad, reduciendo al máximo el riesgo de embarazo no deseado o al contagio de una enfermedad de transmisión sexual, aumentando esta importancia en las personas jóvenes, que son quienes están empezando a vivir su sexualidad.
¿Sabías que la COVID-19 también afecta a nuestra salud sexual?
En cada región del mundo la infección por COVID-19 ha llegado en diferente momento, con una incidencia diferente y con medidas gubernamentales diversas, pero en la sociedad habrá efectos sociales significativos en la salud sexual, en las relaciones de pareja, en las relaciones familiares, en las relaciones sociales y en la salud mental.
La salud y los derechos sexuales son un importante problema de salud pública que requieren de gran atención en época de pandemia y, por ello, desde la Asociación Mundial de la Salud Sexual centran la atención en su protección y promoción de la igualdad de género y el respeto a la diversidad sexual.
¿Sabes como debes protegerte?
En estos tiempos que vivimos es importante recordar que la protección individual protege a otras personas de enfermarse, que la vida debe seguir y que la sexualidad es parte inseparable y esencial de las personas. Por eso esta situación también es una oportunidad para celebrar y promover el placer sexual, para resaltar las posibilidades de acceder a una vida sexual placentera, libre de coerción, motivando a las personas a buscar resultados positivos de la actividad sexual, explorando nuestro cuerpo y relaciones. Si bien la transmisión y la desigualdad son aspectos importantes de una pandemia de este tipo, es importante ser consciente y no caer en un discurso higienista que empuje de manera explícita o implícita a las personas a vivir sus experiencias sexuales bajo miedo y presión externa.
Los derechos de las personas, sexuales y reproductivos, la igualdad y una sociedad libre y justa, no deben ser sacrificados en ningún proceso educativo.
Para que la salud sexual se logre y se mantengan los derechos sexuales de todas las personas deben ser respetados, protegidos y cumplidos.’
La sexualidad sana es un indicador de salud y por ende de la calidad de vida de las personas. No hay que olvidar que la salud sexual de las personas impacta directamente en las relaciones, la felicidad y la calidad de vida.